¿Por qué gusta tanto Halloween a los niños y niñas?
El miedo es inherente al ser humano. De hecho es la emoción más ancestral y está anclada en nuestro cerebro más primitivo. Todos tenemos miedo a algo y a estas edades se dan muchos episodios de pesadillas y miedos nocturnos: miedo a estar solo, a la oscuridad, a ruidos extraños, a monstruos de nuestra imaginación, etc. El miedo es importante ya que nos ayuda a reaccionar ante un peligro.
Aunque a mí personalmente no me gusta demasiado esta fiesta importada, creo que si que beneficia a los pequeños en algo: hacer del miedo algo divertido, de lo que reirnos y poder pasar un buen rato.
Este año nos hemos aprendido la canción de Winci araña, que por cierto les ha encantado. Nos hemos aprendido las dos versiones: la que subía por la canaleta y la que subía a su telaraña.
Hemos jugado a ser arañas trepadoras en nuestro Taller de Juegos y Expresión Corporal. A todas les ha encantado trepar.
Les hemos pintado una telaraña en la cara y una arañita trepadora.
¡Qué miedo!
Con ayuda de la seño Jeannette, Elena y yo misma, los niños han realizado una araña peluda pintando medio cartón de papel higiénico al que le hemos pinchado unos escobillones negros a modo de pata peluda y las hemos decorado con unos ojos para hacerlas más simpáticas. Les hemos atado un hilo de nylon-imitando la telaraña- y se la han llevado con chuches en el interior.
En nuestro taller de experimentos hemos sacado la pulpa a una calabaza. La hemos llevado a un lugar oscuro para verla mejor y así poder expresar esa sensación que nos proporciona el miedo elegido (como cuando ves una película de miedo tapándote la cara con las manos y entreabriendo los dedos).
Y también hemos pintado una gran calabaza: