¡Qué maravilla de frase! En tan pocas palabras se encierra un tesoro. ¿Cuántos de nosotros hemos jugado alguna vez a “medir” el amor que sentimos hacia alguien o que sienten hacia nosotros?
Esta frase encierra una forma de jugar con los hijos:
¿Y tú, cuánto me quieres?
Son muchas las respuestas que dan:
– Mil millones…
– Hasta el cielo…
– Hasta el techo…
…
Es tanto el afecto y el cariño que los hijos sienten hacia sus padres que es difícilmente medible; las dos liebres de este cuento que hemos estado trabajando en alternativa a la religión no tienen demasiadas dificultades en expresar este sentimiento o emoción. A algunos les cuesta un poquito más.
Durante muchos días han ido expresando sus sentimientos y los han reflejado a través de su cuerpo:
Además, hemos realizado otras actividades con la liebre color avellana; aquí dejo los originales, que también están en la página de cuentos y emociones:
Y por último, hemos hecho una tarjeta para alguien al que queremos mucho; por cierto, se han quedado con las ganas de hacer muchas más: para mamá, papá, abuelos y titos.