Tal vez lo más fácil en una escuela sea buscar aquello que interesa al alumnado; únicamente hay que prestar atención a sus conversaciones y a sus juegos; en definitiva, escucharles. El problema es que la mayoría de las veces ponemos por delante de estos intereses el programa y los libros de texto.
Se aprende mucho más y mejor si cuentas con el factor motivación.
Las cajas del verano han sido un gran acierto ya que los peques han mostrado con gran naturalidad al resto de compañeros y compañeras sus experiencias veraniegas.













Han disfrutado mucho viendo y manipulando los tesoros de cada uno y se han pasado las cajas entre ellos con mucho interés y cuidado de no mezclarlas.







Y a partir de ahí han ido surgiendo intereses (que ya se estaban rumiando desde el curso pasado)
Hemos votado entre los dos más aclamados: los dinosaurios y las conchas y caracolas marinas. Este ha sido el resultado. Más claro, imposible.






