PROVOCACIÓN LLUVIA

La Provocación de Reggio Emilia es una filosofía de enseñanza que se originó en Reggio Emilia, Italia.  Se basa en la idea de que los niños son capaces de construir su propio conocimiento a través de la exploración y la experimentación siempre y cuando les ofrezcas un entorno de aprendizaje motivante y desafiante.

El papel fundamental del docente es el de facilitar y observar y ocasionalmente provocar situaciones de interacción ya que el aprendizaje colaborativo es una de las claves.

En esta ocasión ha sido la lluvia el elemento provocador, junto a paraguas, chubasqueros y botas que estaban esperando en el aula a que cada niño y niña llegará  (gracias a la colaboración de las familias)

 

Lo cierto es que personalmente me hubiera gustado que lloviera más, pero reflexionando posteriormente, gracias a esa lluvia fina todos han querido participar sin sentirse agobiados.

Pensándolo bien… creo que soy una provocadora nata y me gusta generar en ellos reacciones, aunque suponga un trabajo extra y a veces agotador.

MOTIVACIÓN DEL PROYECTO

Aunque la mayoría están muy motivados y saben ya muchas cosas sobre los dinosaurios, confunden y mezclan términos que poco a poco iremos investigando y aclarando.

Esta semana han venido por primera vez unos operarios para excavar en el huerto ( aunque no han empezado) y sorprendentemente han encontrado una carta antigua de Richard Owen, paleontólogo y descubridor de fósiles de dinosaurios.  Fue él quien dio nombre a estos animales.

La carta estaba destrozada, pero en ella había un mensaje muy importante. Richard Owen había encontrado muchas pistas y huellas pero ya no podía seguir investigando porque estaba muy mayor y necesitaba paleontólogos y paleontólogas jóvenes para seguir las pistas que él había encontrado.

Parece ser que un dinosaurio se salvó del gran meteorito….y nosotros lo tenemos que encontrar.

Nos ha dejado dos pistas: una huella en la carta  y una palabra que hemos tenido que descifrar.

BUSCANDO INTERESES

Tal vez lo más fácil en una escuela sea buscar aquello que interesa al alumnado; únicamente hay que prestar atención a sus conversaciones y a sus juegos; en definitiva, escucharles. El  problema es que la mayoría de las veces ponemos por delante de estos intereses el programa y los libros de texto. 

Se aprende  mucho más y mejor si cuentas con el factor motivación.

Las cajas del verano han sido un gran acierto ya que los peques han mostrado con gran naturalidad al resto de compañeros y compañeras sus experiencias veraniegas.

Han disfrutado mucho viendo y manipulando los tesoros de cada uno y se han pasado las cajas entre ellos con mucho interés y cuidado de no mezclarlas.

Y a partir de ahí han ido surgiendo intereses (que ya se estaban rumiando desde el curso pasado)

Hemos votado entre los dos más aclamados: los dinosaurios y las conchas y caracolas marinas. Este ha sido el resultado. Más claro, imposible.