Después de un verano atípico y unos días de infarto, empieza la cuenta atrás para dar comienzo a un nuevo curso escolar.
En primer lugar, pedir disculpas a mis visitantes y seguidores. El blog se quedó sin espacio web y falló un par de días. He tenido que hacer una modificación para poder continuar. Y es que para mí, esta ventanita se ha convertido en una parte muy importante en mi trabajo.
Vuelvo a la escuela con ilusión, con algún que otro miedo y muchas incertidumbres, pero con la seguridad de dar de mi mí misma lo mejor. Haré todo lo que esté en mi mano para hacer de mi aula un entorno seguro, afectivo y divertido. ¿Y aprender? ¿Y el programa? ¿Y el currículum? Seleccionaré lo más importante y de lo más importante, lo prioritario y de lo prioritario, lo ESENCIAL.
Este año voy un poco retrasada con la publicación de las entradas, pero me es muy difícil sacar tiempo para todo. Esta es un poco antigua, pero seguro que os gusta verla.
Me gusta formar equipos ya que así es más fácil realizar las actividades y los peques se sienten más seguros en un entorno más reducido. Normalmente suelo hacer cambio de equipo cada dos meses aproximadamente, así que ya mismo toca uno. Cada vez que se forman los equipos les doy un nombre y a veces les dejo elegir. Los primeros equipos van en función de un color: equipo rojo, amarillo, verde, azul y naranja. Como tengo pocos niños en clase, cada equipo está formado por 3 ó 4 niñas y un solo niño.
Han decorado un mantel para usarlo en el momento de la merienda del color de su equipo:
Ete día faltó Saray del equipo rojo.
Y aquí tenemos un video de cada equipo comiendo en su mesa.
Seguro que a más de algún maestro o maestra le ha dado un quebradero de cabeza pensar dónde colocar las toallas individuales para que los peques la usen en su aseo diario.
Mi aula no solo no tiene baño, sino que está alejado y además compartido por todo el alumnado del centro, desde 3 hasta 12 años.
Cuando hay que lavarse las manos se arma un buen lío ya que las toallas se les caen, algunas vienen sin nombre, no se acuerdan de cómo son…vamos, un lio, sobre todo cuando tienen 3 años.
Así que este año he decidido no pasar por lo mismo. Nada de pasear toallas de un lado a otro. Con este listón de madera y dos alcayatas he conseguido un toallero portátil. Lo llevo al baño, se lavan y secan las manos y me lo vuelvo a llevar a clase.
Cuando termina un curso escolar y dejas una promoción de niños y niñas son muchos los sentimientos que te embargan: orgullo, tristeza al dejarlos marchar, agradecimiento por lo mucho que te han dado, “cansancio” de un curso lleno de experiencias a veces agotadoras, alegría de poder seguir viéndolos a todos aunque sea de lejos y una buena dosis de autoevaluación que te ayuda a hacer autocrítica de lo realizado en los tres últimos cursos.
El verano te renueva la ilusión y la fuerza. Una vez más comienzo un nuevo curso con las pilas cargadas y expectante de lo que me espera, que no es poco. Quedan pocas horas para el comienzo del curso y 22 alumnos y alumnas comienzan su primera andadura escolar en el cole de los mayores.
Como no los conozco, les he tuneado esta flor identificativa de dibujos.net para aprenderme sus nombres.
¡Y es que la aventura con los peques de 3 años empieza ya mismo!
Desde esta pequeña ventana os deseo un feliz curso a todos: mis antiguos alumnos y sus familias, a vosotros, maestros y maestras que comenzáis con ilusión, y como no, a mi nuevo grupo de niños y niñas con sus papás y mamás.
A falta de persianas, ya tenemos cortinas. Esta es una de las cosas que más echo de menos en mi clase: poder cerrar las persianas, estar a oscuras; son muchas las actividades que se pueden hacer a oscuras o en penumbra. La luz es a veces tan cegadora que no te deja realizar las actividades cómodamente.
Al menos, las cortinas ya están aquí. Como son un poco sosas, hemos decidido que cada uno deje un recuerdo en ellas. Las han pintado con pintura de tela, con estos lápices muy cremosos y de trazo muy ancho.
Solo tenían dos consignas: hacer un dibujo MUY GRANDE y NO EQUIVOCARSE (y es que en la tela no se puede borrar). Es por esta razón que han hecho estos dibujos tan sencillitos:
Ayer, Jose, el conserje del cole las colgó. Ahora estamos más a gustito:
Miro el aula vacía; son muchas las emociones que tengo a sólo un día de comenzar las clases: ilusión, nerviosismo, curiosidad, y, ¿por qué no?, también un poco de nostalgia por este verano que se nos acaba poco a poco.
Durante estos primeros días de septiembre he retomado mi trabajo con energía y fuerza renovada. Como todos los años y siempre por estas fechas tengo dos objetivos prioritarios: hacer de mi clase un lugar acogedor y plantear mi Programación de Aula.
Siempre me ha parecido muy importante dedicarle a la clase, como espacio en el que los alumnos/as pasan la mayor parte del horario escolar, mi tiempo, esfuerzo y un poquito de imaginación.
No todos los colegios ni todas las clases tienen los espacios y los materiales que deberían tener y con muy poco dinero, un poquito de ilusión y alguna idea revoloteando en la mente, podemos hacer del aula un lugar distinto. Los niños y niñas se merecen no sólo un lugar digno, seguro y saludable, sino un lugar bonito, cálido, y sobre todo, PENSADO.
En mis paseos de las tardes de primavera, de verano, de otoño, de invierno, ya sea sola, acompañada, cargada, liviana, voy siempre con los ojos bién abiertos, observando lo que PUEDE SERVIR, lo que puedo REUTILIZAR: una caja de cartón grande, envases de cualquier tipo, papeles, expositores, juguetes tirados…casi todo SIRVE. Sólo hay que mirar con otros ojos.
Y de esta forma enseñamos también el valor del trabajo compartido, el valor del cuidado a la Naturaleza, el valor de consumo responsable. Porque esto, aunque muchos no lo sepan, se enseña en la Escuela. Sobre todo en la Escuela Infantil.
Los espacios los diseño mil veces en mi cabeza, hago esquemáticos planos en papeles viejos, muevo muebles, sillas, mesas…hasta que consigo hallar la mejor distribución.
Espacios fijos, espacios flexibles, espacios que permitan jugar, descansar, bailar, leer, soñar, trabajar, espacios para la intimidad, para compartir, en definitiva, espacios para APRENDER.
Este es mi tercer año con el mismo grupo de niños y niñas. Es el año de la despedida, de seguir sembrando, acompañando, sorprendiendo, motivando y recogiendo. Porque si de algo estoy segura es de que yo recibo más de lo que doy.