Hay momentos en la vida del aula que ocurren momentos mágicos, insospechados y totalmente imprevisibles.
Al comienzo del curso, cuando todavía algún niño o niña lloraba un poco a la entrada del aula y algún que otro salía sin pedir permiso, de forma totalmente espontanea dije: “no dejéis la puerta abierta que se escapa Misifú” A partir de ahí se desataron muchas peguntas y curiosidad. Y es que Misifú es un pequeño gatito que le gusta estar en clase tranquilo, no le gustan las voces y menos que los niños y niñas lloren porque no quieren venir al cole. Al gatito le gusta esconderse, por eso no lo vemos, aunque de vez en cuando lo oímos maullar.
Pasaron un par de semanas y los peques dejaron de llorar. ¿Dónde está el gatito, seño? Así que tuve que improvisar la rápida búsqueda de Misifú. No fue nada fácil encontrarlo, pero por fin salió de su escondite, con más de algún percance.
La cara de los peques era indescriptible, aunque alguna espabilada dijo: ¿Y por qué tiene etiqueta? Menos mal que una tiene tablas, je, je, y enseguida se le olvidó. Puede más la fantasía que la realidad.
Así que aprovechando el tirón de lo emocionados que estaban, se me ocurrió hacer el Libro viajero del gatito Misifú para que lo tuvieran en casa unos días y pudiesen decorar y contar en el libro su experiencia.
Jimena y Carlota han sido las primeras.