Desde hace mucho tiempo estaba deseando tener en clase una mesa de luz. En el mercado hay muchas, pero un poquito caras, así que este verano mi intención era fabricar una, pero casualmente haciendo limpieza de los trasteros del colegio, Adrián, el director del colegio, encontró dos aparatos de los que utilizan los ópticos en oftalmología para hacer las revisiones oculares. Antiguamente se hacían las revisiones médicas en los centros escolares y por esa razón estaban guardados.
Lo único que he tenido que hacer es cambiarle el metacrilato con dibujos por otro blanco. Más barato, imposible. Dispongo de dos cajas de luz de un tamaño intermedio para poder hacer muchas actividades.
La primera ha sido una toma de contacto. Hemos experimentado pintando sobre ella. Les ha encantado ver los efectos con tanta luz.
¡Qué maravilla! Lo que van a aprender esos niños y niñas.
Tenía ya unas ganas de una mesa de luz.