EL NOMBRE PROPIO

El nombre propio es para los niños y niñas un recurso con el que vamos a aprender muchas cosas. Se pueden hacer muchas actividades. En muchas ocasiones buscan su nombre: la mayoría lo diferencia sin nada de ayuda. Otros necesitan un empujoncito.

Después lo  pegan en un papel e  intentan escribirlo.

Ya alguno de ellos sabe hacerlo desde hace tiempo. Otros están preparados para iniciar este aprendizaje  y otros tienen escasa confianza en sus posibilidades. Seguro que a final de curso la gran mayoría lo consigue. No hay recetas mágicas para conseguirlo: animarles a que pueden conseguirlo y firmar todas sus obras, je, je.

Además, este libro viajero de los nombres nos ayudará.

LIBRO VIAJERO DEL GATITO MISIFÚ

Hay momentos en la vida del aula que ocurren momentos mágicos, insospechados y totalmente imprevisibles.

Al comienzo del curso, cuando todavía algún niño o niña lloraba un poco a la entrada del aula y algún que otro salía sin pedir permiso, de forma totalmente espontanea dije: “no dejéis  la puerta abierta que se escapa Misifú” A partir de ahí se desataron muchas peguntas y curiosidad. Y es que Misifú es un pequeño gatito que le gusta estar en clase tranquilo, no le gustan las voces y menos que los niños y niñas lloren porque no quieren venir al cole. Al gatito le gusta esconderse, por eso no lo vemos, aunque de vez en cuando lo oímos maullar.

Pasaron un par de semanas y los peques dejaron de llorar. ¿Dónde está el gatito, seño? Así que tuve que improvisar la rápida búsqueda de Misifú. No fue nada fácil encontrarlo, pero por fin salió de su escondite, con más de algún percance.

La cara de los peques era indescriptible, aunque alguna espabilada dijo: ¿Y por qué tiene etiqueta? Menos mal que una tiene tablas, je, je, y enseguida se le olvidó. Puede más la fantasía que la realidad.

Así que aprovechando el tirón de lo emocionados que estaban, se me ocurrió hacer el Libro viajero del gatito Misifú para que lo tuvieran en casa unos días y pudiesen decorar y contar en el libro su experiencia.

Jimena y Carlota han sido las primeras.

Aquí está el libro gatuno:

 

EL LIBRO DE LOS NOMBRES

Durante todo este curso hemos realizado muchas actividades relacionadas con el nombre propio. Me hubiera gustado mostrarlas, pero son tantas las tareas que hacemos que a veces no doy abasto.

El nombre es algo muy significativo para los pequeños y a través de él iniciamos la larga caminata del aprendizaje lecto-escritor.

Como norma general en  muchas de las aulas de educación infantil se suele iniciar esta área más tarde y trabajando letra por letra.

A  mí personalmente me gusta abordar este aprendizaje de otra forma: desde la globalidad, empezando por palabras completas que tengan significado (así estarán más motivados). Normalmente lo hacemos en letras mayúsculas y hasta final de 4 años y principios de 5 años no inicio la letra minúscula.

Así que durante este curso hemos coloreado nuestro nombre, lo hemos recortado, estampado, contado sus letras, comparado el tamaño de cada uno de los nombres de los compañeros… hasta que hemos conseguido que cada uno distinga no solo su nombre sino también el del resto de amigos y amigas de clase. Lo hemos trazado de muchas formas hasta que finalmente hemos  aprendido a escribirlo. Incluso la mayoría lo hace sin fijarse en un modelo. ¡Estoy muy orgullosa de todos!

Además hemos confeccionado un libro viajero en el que cada uno y  con la ayuda de su familia ha decorado su nombre. Finalmente no todos se lo han podido  llevar para casa para verlo detenidamente. Aquí lo dejo para que podáis mirarlo cada vez que queráis.

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Será un bonito recuerdo para cuando sean mayores.