Estos últimos días, los niños y niñas de 5 años se han convertido en pequeños expertos y expertas en el cuerpo humano. Han preparado y compartido sus propias exposiciones orales sobre las partes de la cara y los órganos de los sentidos: los ojos, los oídos, la piel, la boca y la nariz. También ha habido quien ha explicado las partes del cuerpo en general —cabeza, tronco y extremidades—, ayudando a todos a recordar cómo somos por fuera y qué hace cada parte.
Cada exposición ha sido única y especial:

Los ojos nos han recordado lo importante que es mirar con atención para descubrir todo lo que nos rodea y la importancia de no pasar mucho tiempo mirando pantallas.

Con los oídos hemos aprendido cómo son por dentro, la importancia de no escuchar ruidos fuertes para que el tímpano no sufra y que los otorrinolaringólogos son los especialistas que los cuidan. Además, con ellos podemos escuchar los sonidos y la música que nos acompañan cada día.

Con la boca hemos descubierto sus partes más recónditas, como el paladar y las amígdalas, además de las papilas gustativas. Y por supuesto, lo más importante: cepillar los dientes y visitar al dentista.

La nariz nos ha invitado a oler colonia, mandarina, vinagre y otros olores con un juego de adivinanzas, además de conocer sus partes y sobre todo la importancia de mantener la nariz limpita y sir meterse el dedo dentro, je,je.


La piel nos ha hecho pensar en cómo sentimos el calor, el frío o las caricias., además de comprobar las capas que tiene y las glándulas para que nuestro cuerpo pueda expulsar el sudor. Y sin olvidar lo importante que es utilizar crema protectora para el Sol y lavarse bien las manos para eliminar los microbios y bacterias.

Más allá de aprender los nombres o las funciones, lo verdaderamente importante ha sido la oportunidad de expresarse, escuchar y compartir con los demás. Cada niño y niña ha preparado su exposición con ilusión y ha hablado delante del grupo, ha esperado su turno, ha escuchado con atención a sus compañeros y ha aprendido a hacer preguntas y comentarios con respeto e interés.
Estas experiencias favorecen mucho más que la adquisición de conocimientos: fortalecen la seguridad en sí mismos, la comunicación oral, la escucha activa y el placer de aprender en grupo.
Nos encanta ver cómo disfrutan explicando lo que saben, cómo se apoyan unos a otros y cómo van ganando confianza en su forma de expresarse.
Por supuesto, sin la ayuda de las familias sería imposible.
Todavía quedan más exposiciones que veremos más adelante.
