Durante toda esta semana hemos estado trabajando cuáles son los utensilios que utilizan los cocineros y cocineras, pero lo que ellos quieren es cocinar; los viernes nos vamos a dedicar a experimentar en nuestra escuela de cocina, así que hoy ha tocado.
Hemos estado viendo en un libro que nos trajo Patricia la rueda de los alimentos y hemos comenzado a ver los tipos de alimentos que necesitamos tomar para estar sanos y hemos visto que el desayuno es la comida más importante del día.
He preguntado todos los días lo que han desayunado y tristemente he comprobado que “algún” niño viene sin desayunar o solo con un vaso de leche. Para estar fuerte y tener ganas de jugar, aprender y prestar atención hay que darle más importancia al desayuno: este es un pequeño tirón de orejas a los papis y mamis. Para poder hacerlo, solo es necesario levantarse media horita antes. Es un buen hábito que si adquieren de pequeños, les beneficiará para el resto de su vida.
Ayer jueves plasmamos en una ficha lo que habían desayunado: observamos y comentamos que, a pesar de estar bien, les falta un tipo de alimentos: la fruta.
Hoy viernes hemos comenzado, vistiéndonos de cocineros, lavándonos las manos y hemos distribuido el trabajo utilizando lo que necesitamos:
1º Hemos exprimido las naranjas y hemos cortado la fruta en trocitos. Cada uno ha elegido lo que ha querido tomar.
2º Hemos tostado el pan (no he dado otra opción de cereales; es mucho mejor que cualquier otro, ya que nos aseguramos que no tenga grasas, como la bollería, o demasiada azúcar como lo cereales de las cajas)
3º Cada uno ha elegido lo que añadir a su tostada: jamón serrano, pechuga de pavo, aceite de oliva, mantequilla, mermelada de fresa ( la que hicimos el otro día) y queso fresco. Como yo estaba tostando el pan, algunos se han hecho unas tostadas un poco raras, como Antonio, que se ha echado mantequilla con aceite de oliva, ji, ji.
4º Mientras la leche se iba calentando en el microondas, todos han comenzado a comer; este es otro hábito: no empezar hasta que estemos todos.
Ha sido una buena experiencia para ellos: TODOS y TODAS han comido de TODO y en una cantidad adecuada y se lo han pasado genial.
Cuando hemos terminado, cada uno se ha encargado de recoger un utensilio y agruparlo en una mesa para poder fregarlo; no hemos tirado nada; los platos, vasos y cubiertos de plástico todavía sirven. Eso, si, el fregoteo me ha tocado a mí (he pasado un recreo estupendo, ji, ji)
Al terminar, hemos realizado esta ficha y la hemos comparado con la del día anterior.
Ya solo queda que en casa continuéis la tarea…