A pesar de las circunstancias que nos rodean, debemos procurar que los peques vivan con alegría los acontecimientos de nuestro alrededor, así que hemos empezado a realizar lo más típico de los carnavales: disfrazarse.
Les he preparado una careta de ratón con piezas y ellos han picado los ojos y la han montado.
¡Hemos jugado un rato y nos lo hemos pasado genial! ¡Hasta me querían roer como al queso!