Esta semana en el taller de cuentacuentos, los niños y niñas han disfrutado de una preciosa historia sobre un árbol que no tenía hojas y se sentía muy sólo. Esta historia de Fernando Alonso Alonso me parece preciosa ya que encierra muchos tesoros sobre la importancia de la ayuda y la aceptación.
Es la primera vez que lo cuento con la mesa de luz. He querido aprovechar este recurso y aunque da un poquito de trabajo, el esfuerzo ha merecido la pena. Los dibujos los hemos preparado entre Sara y yo con hojas de plástico translúcidas (con separadores de archivador) y hojas de acetato pintadas con rotulador permanente.
La idea era grabarlo en video, pero ha sido imposible: he tenido que empezar dos veces el cuento ya que el control de esfínteres a esta edad es imprevisible, je, je. A la tercera ha salido, pero en fotos, ya que he tenido que resumirlo porque era demasiado tarde.