Antes de que hiberne mi tortuga (aunque con el calor que hace dudo que lo haga) me gusta traerla para que interaccionen con ella y así poder contarles algunas curiosidades: lo que come, cómo hiberna y cosas que hace.
En el experimento del viernes metimos una maceta con una petunia dentro de una botella vacía. Previamente estuvimos hablando de todo aquello que necesita una planta para vivir: agua, tierra, aire y sol.
Para que no entrase nada de aire la cerramos bien y la rodeé con celo ancho por el lugar por donde la corté.
Pudimos comprobar como la parte superior de la botella estaba seca. Después la pusimos al sol durante el recreo ( y se quedaron vigilándola para que nadie la tocara, aunque les duró poco lo de ser guardianes ya que prefirieron irse a jugar). Al volver a clase pudimos comprobar como se había condensado el agua en la parte superior gracias al calor del sol. Así es como se forman las nubes.
Álvaro Preciado en su exposición nos contó cómo tenía que ser un desayuno saludable y la mejor forma de aprenderlo es a través de la experiencia, y si es continuada y se hace a diario, mejor que mejor.
El desayuno es la comida más importante del día y no le damos la importancia que merece. Un buen desayuno nos da energía para muchas horas y los niños y niñas la necesitan. Les ayuda a estar más atentos, y además previene enfermedades. Incluso hay estudios científicos que aseguran que los niños y niñas que desayunan mejor tienen un mayor rendimiento escolar.
Antes de organizar el desayuno, el día anterior escribimos una lista de la compra con los productos imprescindibles: fruta variada, leche, yogur, queso y pan.
Todos tomaron fruta, lácteos y una tostada y casi todos comieron nueces. Las variantes fueron muchas y ellos elegían lo que querían; hubo elecciones de lo más variopintas, cómo tostada con jamón serrano y mermelada de fresa
Lástima que las fotos no me salieron demasiado bien. Algunas pude salvar. Y menos mal que María, la madre de Gabriela se ofreció a echar una mano! ¡¡Muchas gracias!! La próxima vez no me corto y pido colaboración, je, je.
La mayoría de aprendizajes que pretendo trabajar en esta etapa escolar están fundamentados en una metodología basada en una serie de puntos clave: el juego, el aprendizaje significativo (la utilización de conocimientos previos para construir un nuevo aprendizaje), la socialización, el trabajo cooperativo, atención a la individualidad y a las características de cada niño y niña, la experimentación y la globalización (que los aprendizajes estén conectados entre sí). En pocas palabras, esto es el constructivismo.
La experimentación es, desde mi punto de vista, el centro a través del cual gira todo lo demás. Lo que no se experimenta, lo que no se vive es más difícil aprender.Es la forma más natural de aprendizaje. Y el tutor/a se convierte en un orientador, un guia que facilita espacios, materiales, experiencias, etc.
Este proyecto de bichos y flores se presta a la observación, la manipulación, la experiencia. Y eso es lo que estamos haciendo.
Cada uno de nosotros aportamos los materiales que creamos nos pueden servir, desde libros, películas, insectos, lupas, microscopios… hasta la colaboración de padres y madres en el aula.
Esto es lo que hacemos en clase y así es como experimentan: comparan tamaños de caracoles, cuentan las patas de los saltamontes, tocan con suavidad las antenas de los caracoles y se rien al notar como las encogen, diseccionan una flor en sus distintas partes, observan a través de una lupa o vaso-lupa cochinillas, hormigas , dan de comer a los gusanos de seda, etc
Para fijar estos aprendizajes, un cuento no viene nada mal. Marozia, la madre de Diego nos vino a contar uno de mis libros favoritos, “La pequeña oruga glotona” de Eric Carle. Muchas gracias por tu colaboración, Marozia.
Y al día siguiente hicimos esta ficha para que secuenciaran temporalmente el proceso de metamorfosis de la oruga en mariposa. No les costó casi ningún trabajo, excepto recortar para algunos, je, je.