¡A DANZAR!

A lo largo de este curso vamos a realizar un taller de Biodanza. Lo realizaremos los viernes cada quince días. Hoy ha sido el primer día y no ha estado del todo mal, aunque hubiese necesitado un equipo de música algo más potente ya que se solapa el sonido de la música con el de  los niños y su típica algarabía.

¿Y qué es la Biodanza?  Es algo complejo de definir y yo no soy experta en esta materia, pero si es cierto que el movimiento y la música forman parte de nuestra vida y que desgraciadamente en nuestra cultura no se trabaja mucho. Nada más hay que ver bailar a cualquier persona de una tribu africana para percibir como su cuerpo está perfectamente armonizado con sus emociones, cosa que en nuestra cultura hemos sabido acotar muy bien. No sabemos expresar lo que sentimos a través del cuerpo. Pues de eso precisamente trata la biodanza: un sistema a través del cual y utilizando la música adecuada dejamos salir lo que sentimos y lo que somos.

La Biodanza como tal fue creada por el chileno Rolando Toro Araneda y se ha extendido a nivel mundial entre colectivos muy diversos: niños, jóvenes y mayores ya que no se necesita de una condición física “espectacular” para llevarlo a cabo.

El año pasado realicé un curso de formación y me gustó muchísimo, así que he decidido ponerlo en marcha.

Hoy hemos realizado una pequeña asamblea para establecer un consenso con respecto a lo que sí podemos hacer y a lo que no podemos hacer:

  • Es mejor movernos sin zapatos. Moverse descalzo es más placentero.
  • Por supuesto no insultar ni agredir.
  • Moverse como cada uno sienta.

Hoy hemos realizado la danza de la “tela de araña”. Antes de empezar cada niño y cada niña  dispuestos en círculo, han ido diciendo algo que les gusta para posteriormente pegar cinta de carrocero en el suelo hasta otro compañero/a y así sucesivamente. De esta forma hemos formado nuestra tela de araña en conexión con las cosas que nos gustan.

sesion-biodanza-baile-tela-de-arana-4 img_20160930_094430

Después y a ritmo de Sirtaki hemos bailado dos veces con las siguientes consignas:

  1. Moverse solo pisando los huecos.
  2. Moverse solo pisando la tela de araña.

Ha sido muy interesante observar a los niños y sus reacciones: desde los que se concentran en la música para seguir el ritmo, hasta aquellos que lo único que les interesa es copiar el movimiento de su mejor amigo o amiga. Incluso algunos perciben el baile y el movimiento como una forma de competición.

Observar para aprender.